Poemas de Venus Mejía (Honduras) 5FIPAL
Venus Ixchel Mejía
Tegucigalpa, Honduras, 1979. Poeta, editora, gestora
cultural, cantautora y docente. Catedrática de la UNAH. Ganadora del primer
lugar en el certamen de narrativa breve: “Julio
César Anariba” 2017. Su obra ha sido parcialmente traducida al inglés y al
italiano.
Publicaciones: Poesía: Ad Líbitum, 2012; Venus [in]
Victa, Editorial Ixchel, 2016. Antologías
poéticas: Lírica de Vida, Signum
Editors, 2012; Soles de Media Noche:
Antología del II encuentro de mujeres poetas en la cuenca del Papaloapan,
México, 2014; Antología Voces de la ANDEH, 2014; Women’s
poems of protest and resistance, Honduras
(2009-2014) Casasola, EU, 2014; Antología Chamote, Punto de encuentro, Argentina, 2015; Antología Tratado mesoamericano de libre poética: Ecos
Náhuatl, Honduras-México, Goblin, 2015; Voces
de América Latina, MediaIsla, EU, 2016. Ensayos: El narrador
andrógino en Arturo Ambrogi. Revista Antropa, UNAH, 2017. Por la gracia del verso; escritos por y para
el poeta Rigoberto Paredes. Paradiso, 2015. Narrativa: Antología de
narradoras hondureñas ANDEH, Paradiso, 2016.
Praga
A manera de difuminados cronopios en el puente del Malá Strana,
sobre el terciopelo índigo del Moldava, estamos vos y yo, haciendo escala
onírica bajo la estoica vigilancia de San Juan Nepomuceno con su mueca de
angustia.
El abrazo polar va disolviéndose entre nuestros abrigos comerciantes
de caricias. El trémulo vitral del Moldava es una batalla de esgrima, una
melodía gótica en el pináculo de la nostalgia.
Quizá desde el Callejón del Oro y la Alquimia nos mire Kafka con
sus prismáticos de parábolas, ante el ceño fruncido de Max Brod que trata de
hilvanar en un garabato una madriguera de confidencias.
Más tarde iremos al Don Giovanni en el Teatro Estatal, si Smetana
no nos asalta en el camino con la estridencia de un acorde disminuido.
Nada entorpece este boceto cerúleo con afilados celajes que nos
mira desde arriba. Es un cardumen detenido a mitad del asombro. Nada de nuestra
mirada sorprende si no nos llenamos el alma con los labios. Así que, a mitad
del vacío, nos decimos los besos a manera de confesiones medievales, nos
tomamos de los ojos y apelamos a la complicidad de las manos.
Hay un vino bajo el sortilegio
de la Bohemia que nos espera. De pronto, el boceto se diluye con una inusitada
lluvia. Hay una mano que me sujeta, hay un pez traslucido que se queda prendido
en la mirada. Hay una súplica de pez y mano en tu boca que me repite hasta
perderse en una bocanada de suspiro: no te despertés todavía, quedate conmigo
en Praga.
Diosas
Emulando a Ezra
Pound.
Como diosas
emergen de la sombra
desmantelan
la realidad
ajenas al olvido
diosas
fuertes como gemidos
absolutas
irreales
con sus cuerpos de cisne
como diosas
sirenas de marineros
circes de cerdos
de odiseos
con sus cuerpos de morsa
en celo
diosas
como ecos de narcisos
en un prisma enmudecido
se revelan ante
nuestros ojos
cómplices de la derrota
diosas
de azafrán y tomillo
copal y candela
fogón encendido
arena
reloj de trigo
diosas
Ixchel de lunas
canciones de cuna
mar en pleno
naufragio
presagio
de una herida mortal
dichosas
mientras levantan con sus
cuerpos
los altares de las deidades
que las han oprimido
diosas
clítoris temerarios de la
razón
de la sinrazón
del dolor
parto perenne
sus vidas
multiplicadas
ocultas en el anonimato
del engaño
sus frentes altas
como diosas
nos están mirando
nos siguen iluminando
el porvenir.
Yo, Pecadora
Inclino mi rostro,
cierro los ojos,
y con las manos en actitud de
plegaria
me masturbo.
Yo, pecadora,
confieso que te he pensado.
He aquí mi cuerpo
maculado por tu ausencia.
Ven, falo amado, no tardes.
Recibe de mi boca el bautismo.
Que tus dorados óleos unjan este
vientre
de cítara
que canta tus alabanzas
y que la intensidad de tu
penetración
sea del amor la medida.
Al hombre que me llame
Yo también estoy sola
como si declinara junto al
monólogo
de Eunice Odio,
pero mi libertad en este cementerio
salitre de lágrimas
no estriba en la policromía de la
luz
de los espejos.
Ayer tuve tres partos
que me volvieron virgen.
Ayer me tomaron como rehén
y me susurraron:
"No estés triste,
después de haberte matado
el dolor será un carnaval sin
nubes de azúcar".
Ahora que despierto
sin el recuerdo de haber dormido,
después de la caricia suntuosa
que el destino me pusiera en el
pecho,
la soledad se me ha vuelto un
escapulario
cada vez que comulgo con el
silencio.
Vértigo Paroxístico
Nombre: Venus Ixchel Mejía
Edad: 34 años
Sexo: femenino
Profesión:...
Paciente refiere mareo de dos meses de evolución, de inicio diurno,
permanente, (la permanencia entre estas paredes marítimas que salpican mis
cerrojos). Se exacerba al caminar, se atenúa al acostarse.
(De pronto alguien me llama, sacude la inercia de mi nombre, mi nombre
sangra sus años en una habitación dormida). El mareo no imposibilita las actividades diarias.
Refiere consulta con internista que le recetó B. y otorrinolaringólogo
que indicó C. (Sucede. He perdido las señales de la ruta en la que venía.
Sigo en este viaje sin haber embarcado nunca. Caigo, pero nunca toco el cielo).
El paciente refiere mejoría con el uso de los medicamentos...
(Me derrumbo como un camino donde el suelo es un caleidoscopio a mitad
del vacío).
El paciente refiere
mejoría...
muy buena la información, por casualidad sabes donde se ubica en cuanto movimientos literarios
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