Poetas El Salvador (3)
11 Festival Internacional de Poesía Amada Libertad. El Salvador.
Argelia Marxelly
Tony Peña
POETA
«Poetas solo los muertos»
Pablo Guerra Martí
(Cubano)
No me llames poeta, hermano,
porque desatarás la ira
de las vacas sagradas de la India;
ladrarán los perros de Johann Goethe;
se turbarán las mentes del parnaso
y retumbarán las voces del gusano.
No me llames poeta, camarada,
porque despertarás la sospecha
y volverán sus asesinos
a desmembrar sus restos
cual aves rapaces del Playón.
No me llames poeta, poeta,
por que cesará la lluvia
en pleno invierno de las hadas;
se retorcerán en sus tumbas diplomáticas los modernistas
-los reyes de la métrica cansina y el soneto bobalicón-
y Borges volvería del más allá, arrepentido,
a escribir su única novela.
No me llames poeta, corazón,
porque las noches con su celo
esconderían sus secretos de luz
y el día oscurecería de tristeza.
No me llames poeta, amigo mío,
por que se confundiría
la amistad y la agresión;
se esfumaría el ideal y el credo;
y moriría el afecto y el rencor.
Por eso, no me llames poeta,
amor mío,
porque poetas…
¡¡Poetas solo los muertos!!
MI GENTE
Mi gente es de barro tangible
de bronce
sonríe y es su sonrisa una casa
de puertas abiertas.
Mi gente tiene el sol
en su mirada,
su ropa gastada
eternizada su promesa
de volverse calle
protesta
cuando se les falta.
Mi gente
esa que miras subiendo la cuesta.
Eva Ortiz nos acompañará en la lectura del Museo de la Palabra y la Imagen. Conoce más de Eva en estos enlaces:
Conjuro para la mujer parturienta y el nacimiento
«Por eso digo nacido,
que es lo que para un ser viviente es lo más imposible» María Zambrano.
Que la madrina ore por ti desde la tierra donde naciste.
Que Inana baje de la montaña Eibe, victoriosa, y te unja con su sangre.
Que Nisaba te tome de su mano para que no tiembles.
Que tu nahuala te mire a los ojos.
Que tus ojos de loba vuelvan a sus cuencas, se enrojezcan y se afilen.
Que tus abuelas entren a la habitación cuando se abra la hendidura.
Que las ancestras salgan del monte a cantarte.
Que las hierbas y las medicinas ahúmen sus ungüentos y el chocolate abra el umbral.
Que las manos de la partera sean sabias.
O las manos de la doctora, impecables.
Que oigas la voz de tu madre cuando decía tu nombre y eras una niña.
Que sepas que tu madre también se abrió para que vinieras.
Que sepas de tu padre, la semilla.
Que el nervio desnudo del linaje se abra en tu sangre en el momento preciso.
Que no tengas miedo.
Que el intervalo del fuego divino te proteja.
Que el calostro bendiga a la criatura.
Que la criatura llore con ganas al tocar el mundo.
Que la criatura sea sana y perfecta.
Que la salud y la gran Afrodita nunca las abandone.
Que Venus les cante su primera canción de cuna.
Que la Madre Luna descorra el velo de la primera mantilla.
Que tu corazón y tus piernas no tiemblen.
Que sepas que tienes la fuerza para cruzar el umbral.
Que sientas el aliento de todas las madres esperándote.
Conoce más de él en su lectura en la Universidad de El Salvador, San Salvador. Lee el poema de Gerardo Arenívar en este enlace a la antología, página 62:
Antología Poesía urbana: Un viaje sincero al origen
Javier Fuentes Vargas
Antepasado
Mi antepasado resbaló con la caricia del delito,
escondió sus años de juventud en las entrañas de una bestia gris.
Colocó canciones tristes debajo de su brazo
y reconoció a sus hermanos por el llanto que llevarían tatuado en la sombra.
Sus hermanos, merecedores de la angustia,
alquilaron la sangre mientras pudieron
para asegurarse de no besar el viento con un deseo semejante al hambre.
Cambió de nombre cada vez que la noche lo agarró a patadas
y la amenaza de la muerte enfrió la mano que acariciaba su rostro.
Cambió de ciudad hasta que germinó su raíz
en la patria que no atendió al rumor de la desdicha.
Cambió de patria cuando sintió el desierto
entrar en sus ojos con manos de niño que palpaban todo
con el asombro de la novedad.
Mi antepasado reconoció mi rostro en la lengua jadeante de un perro.
Por eso mi rostro ha caducado a las orillas del perdón
y no reaccioné cuando un beso se incrustó en la marea de mi frente.
Porque nada puedo hacer con los labios resecos
sino negarme a decir su nombre y, a pesar de eso,
recitar su vida como una brújula que mi llanto siempre siguió.
Javier Fuentes Vargas nos acompañará en las lecturas de Santa Ana. Lee más textos de Javier en estos enlaces:
https://elescarabajo.com.sv/creacion/poemas-de-javier-fuentes-vargas/
https://www.alastorliterario.com/autor/259/
https://esunaverdadsinalfabeto.wordpress.com/2020/03/23/cuaresma-cinco-poemas-de-javier-fuentes/
Denny Romero
KAMIKAZE
a Kike, Moz y Dennis.
I
No entienden los jóvenes
porqué se inhibe la muerte.
Quizá se deba a la naturaleza incierta del futuro.
Quizá al gran engaño.
No entienden los rituales,
las oraciones,
los velorios y las marchas fúnebres.
Viven en la herida de la ciudad natal,
con el dolor en la punta de sus lenguas.
Blasfeman contra su espíritu
derramando sangre y saliva estéril,
como esperma sobre las espaldas de sus amantes.
Pequeños enfermos de ternura.
II
Pobres, quién llegará en la noche,
y encontrándolos en las calles
no sentirá miedo.
Quién les encontrará un lugar en el mundo,
Quién llevará fragancias silvestres a sus tumbas
y verá sus nombres intactos sobre la arenisca.
III
Jóvenes
los que mueren,
Los que se deben a la resurrección de anaqueles y vitrinas
para saciar a sus empleadores.
IV
No temen a la muerte
porque
MORIR,
es solo una palabra,
y nada cabe en su pequeño ataúd silábico.
V
Los jóvenes
dóciles hijos de la devastación,
tienen más conflicto con la vida
para la que procuran el mayor daño posible.
Denny nos acompañará en la lectura de la Universidad de El Salvador en San Miguel. Lee más de Denny Romero en estos enlaces:
https://esunaverdadsinalfabeto.wordpress.com/2020/03/24/kamikaze-cinco-poemas-de-denny-romero/
https://camposdeplumas.com/2020/04/27/amuleto-de-dolor-poemas/
Nahún Hernández
Monomanía
Qué rara es la sed bajo el agua,
la pesada ansia de quemarse de a poco,
de arrebatar el mundo con un solo tono.
Qué raro es el suave color de hiel
que arrastro con los toscos dedos que me quedan
o que le sobran a este manantial manchado
que es mi sangre.
Mundo de alquitrán en el que vivo,
en el que me desangro frágilmente con la esperanza
de seguir existiendo en estos grandes mares
de etilo y monóxido de carbono.
Mundo-nada, mundo-todo
al que vuelvo a diario con la miseria
que me oprime desde dentro.
Y aquí
me encuentro con el mismo suplicio
de saberme perdido en las cosas inciertas
y me quito el peso de encima
para caminar por los jardines selectos de Dios
en los que me extingo y resurjo
bajo la inmóvil piedra y bajo el tormento.
Hoy la vida es un pedazo de tierra
al que quiero regresar.
XXV
Ya no me rescaté por más que quise
de la fascinación ni del tormento.
No existe más calor que me suavice
porque el calor se pasa de momento.
Ya ni un adiós me guarda la esperanza
o el vaho cosechando las esquinas
y no creo que sea la venganza
que en mi destino siembre más espinas.
Yo no seguí a la estrella incorporada
y no pensé quemarme en esta vida,
pero es la ley divina, inesperada
que mi alma sea inexperta y sufrida.
Ya se ha ido la flor desperdigada
para encontrar del caos la salida.
Blanca Mijango nos acompañará en la lectura de la Facultad Multidisciplinaria Paracentral de la Universidad de Él Salvador en San Vicente.
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