Perla Rivera, Honduras. Poeta invitada.

 Perla Rivera, Honduras.


Perla Lusete Rivera Núñez: 1982, Ajuterique, Honduras. Poeta, narradora, gestora cultural, docente y especialista en Literatura por la UPNFM. Ha publicado: Sueños de origami, Nudo, Antología Personale, Adversa, He sido un pájaro, Arde en mi vientre, Cementerio de plumas, El abecedario del frío. La autora ha sido publicada en numerosas antologías y revistas de América Latina y Europa. Su tesis de maestría versa sobre la obra poética de Amada Libertad y fue defendida con honores en julio 2024.

Tegucigalpa

Quiero superar la cruz que rodea esta ciudad. Acertijos que se balancean desde muchas lenguas. No seré una espectadora, víctima de traficantes de exorcismos y mercaderes de ojos cerrados que inventan números  detrás de las puertas. Desobedezco cómo me enseñó mi padre, con mi rostro de hambre a cada uno de sus artificios y esquivo las tormentas que babean sus bocas para que no se tiñan mis pasos  de mansedumbre.  Se puede odiar invocando  ángeles, pero también se puede llenar de huellas y de gritos los campos sepultados bajo el concreto. Sigo sosteniendo que el paisaje guarda historias de hombres que han sido sacrificados por el silenció, que sus voces se entierran en el asfalto para despertar un día en la fiesta de la memoria recobrada.



Algo se rompe en una mujer

en cada estación de invierno

 

Vivimos en un paisaje que almacena rostros, acaso llegue un día donde podamos comprar algunas verdades, para dividir la vida, para que no deje de pertenecernos o que nadie pueda advertir que aun nos pertenece.

Es un invierno precisamente, donde las mujeres nos pasamos los siglos tomando la medida de los astros y es desde nuestros pechos desnudos que regresamos a ser vírgenes, nuestra piel soporta el dolor del mundo.

Nos esperan las estaciones, las diminutas ventanas de una casa habitada por episodios de silencios. Es en invierno que algo se rompe, lentamente, y parece que no nos damos cuenta.



VENTANA CON VISTA AL JARDÍN

Heredará los pájaros –dijo la abuela-. Y abrí los ojos.
Su voz ha sido una sentencia donde caben muchas de mis angustias.
Su sombra avanza a hurtadillas por esas calles que ocultan la canción de los adioses
y que repiten las huellas de mi madre, 
ella que nos enseñó a trazar una ruta hacia todas las orillas 
así como quien aprende a dejar de ser un náufrago.

Hace mucho que persigo a los saltamontes, 
cuéntenme ¿por qué se quedaron de este lado del muro?
Cuéntenme del árbol del atrio de la iglesia
y de su sacrificio, cuando todos dormíamos o cuando nadie quiso salvarlo.

He sido un pájaro en estas calles plantadas de nombres viejos 
y de mujeres de maíz.
He sido un pájaro viendo pasar la tristeza 
de los que aún no han visto una puesta de sol.

Quiero recordar las canciones que se repetían en la vieja radio de mi abuelo 
aunque mis oídos ya no pueden escuchar los grillos que se ocultan en los abrigos de mis antepasados.

Pero recuerdo que todo pájaro tiene el derecho de romper el cielo
incluso el cielo del repartidor de sonrisas.
Pienso entonces en la casa que tiene una ventana al jardín, 
que no ha renunciado a su tragaluz 
y donde todavía se escapan por una rendija 
mis viejas canciones de cuna.


Lee más poemas de Perla Rivera en estos enlaces: 

Revista Cinco Sv

Revista Círculo de Poesía.

ContraCorriente

Revista El Golem

unaverdadsinalfabeto.wordpress




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