Nora Carbonell Muñoz. Colombia.

Invitada al IV Festival Internacional de Poesía Amada Libertad.
Lectura de cicatrices. El Salvador, julio 2017.



Nora Carbonell Muñoz.
Poeta y narradora (Colombia). Licenciada en Filología, Especialista en Pedagogía de la Lengua Escrita y Correctora de Estilo. Participó en Curso Internacional de Formación de Profesores como becaria de la AECI en Madrid, España.
Participante como ponente y lectora de textos poéticos y narrativos en numerosos Encuentros, Congresos de Literatura y Festivales de Poesía, a nivel nacional e internacional. Leyó sus poemas en la sede del MINISTERIO DE EDUCACIÓN en  Madrid, España, año 2001; en el XIX Encuentro Internacional de Poesía en Zamora (México) 2015; en varias Ferias del Libro en Bogotá y en los Encuentros de Mujeres Poetas en Cereté, Córdoba, entre otras entidades educativas y culturales.

Es autora de los poemarios: “Voz de Ausencia”, “Horas del Asedio”, “Trece Poemas y Medio”, “Del Color de la Errancia”, El Tiempo es redondo y Atormenta” y de los libros inéditos “Edipo se descubre” (Relatos) y “Cuentos del Mundo Antiguo”. Además ha publicado 13 libros de Literatura Infantil y Juvenil (Editorial Libros &Libros de Bogotá, Colombia).

Sus textos poéticos y narrativos aparecen en las antologías: Poesía Colombiana del Siglo XX escrita por Mujeres (Apidama Ediciones, Bogotá), Ellas escriben en el Caribe (Edición Universidad de  Córdoba),  Desde el Umbral II (Edición de la UPTC, Tunja), Relatos de Escritoras colombianas contemporáneas (Sílaba Editores), Silencio en el Jardín de la Poesía (Edición de la UIS), Poetas bajo palabra en el Caribe Colombiano (Fundación Casa de Hierro, Barranquilla), Diosas en Bronce (Ediciones Latido, USA), Poetas del Nuevo Milenio, Antología del XIX Encuentro Internacional de Poetas en Zamora, México y en revistas y diarios del país y del exterior.  

Obtuvo el Primer Premio en el I Concurso de Cuentos Infantiles de Comfamiliar del Atlántico (Colombia), Mención de honor en el III Concurso de Poesía Xicoalt (Salzburgo, Austria), Primer Premio en el Concurso de Cuento de El Túnel de Montería, Primer Premio del Concurso Poesía de los Objetos de Casa de Poesía Silva (2012). También fue nombrada Mujer Sobresaliente en el Área de Literatura por la Organización Día Internacional de la Mujer (Dpto del Atlántico, Colombia) entre otras distinciones. 



Sed

Paisaje de  fin del mundo:
Grutas mínimas
en el árido terraplén,
garzas alucinadas que planean
sobre un lago inexistente.
Un ojo de agua al borde de la ceguera.
¿En dónde están el hombre y la mujer,
depositarios del universo?



El remo en la pared de un bar
extraña al agua,
la sinuosa humedad que lamía sus hendiduras
el chasquido abierto bajo su golpe
la curvatura del río sobre el cauce de arena.
Una bella mujer atraviesa entre las mesas
y la levedad de su sombra  toca al remo.
En su abandono, el exiliado  despierta
a humanas fantasías. 



El duende

Mi tío era rubio como un ario
se cambiaba el nombre y lustraba los zapatos
para seducir a las negras que le encantaban.
De su época de boxeador le quedó la nariz chata
y hablaba de la segunda guerra mundial
como si la hubiera vivido. Mi tío era ingenuo
como un niño y yo lo amaba como una madre.
El amanecer que murió, prestó un canto de lechuza
para anunciarme que se iba, mas yo no quise escucharlo.
Mi negativa lo mantiene vivo,
                                como un duende que se trepa
                                en el muro frágil de la memoria.


  
 Escenas
                                        “Tanta gente sola” Juan Bonilla

Cada instante nos llega con su propio milagro.
Sobre la arena que las calcina,
las huellas de las garzas son un mensaje cifrado.
Niños en contraluz  juegan al fin del mundo,
en el centro de un resplandor inusitado.
Convertido en árbol,  me habla el abuelo
bajo la luz rojiza que cae de la noche.
“Tanta gente sola”, todos, todas,
vamos leyendo el texto finito,
la historia sin patria de cada quien,
llenando con verbos y negaciones
la memoria de los amados.
El universo y el tiempo hechiceros,
son hijos del Absoluto.


El juego del dios cineasta

Un murciélago cruza,  bajo la luz encendida
por un dios cineasta
que juega con sus personajes
y les hace deambular en las imprecisiones.
Con escasas variables, sus creaciones son parodias
de la muerte,  la guerra, la traición.
Una niña se suicida
y su sexo duerme bajo sábanas de hilo.
El dios cineasta planea la irrealidad
con perversas simulación
de escenas repetidas,
saltos al vacío,
grotescas marionetas,
final
        irreversible.




A una mujer que ha tocado el miedo

El miedo es una suicida que toma su veneno preferido
frente a la debilidad de su testigo,
con fondo de Simone y sus amores contrariados.
Castigo planeado minuciosamente es el miedo,
como reptil sigiloso sube por la columna vertebral
y muerde sin aviso.
El miedo se parece a la ira, soga
que se anuda a tu garganta
y te fija las manos a los costados del cuerpo.
Suenan los pasos del perseguidor detrás de tu espalda,
no voltees, puede ser la muerte que ha llegado
aunque la detestes,  porque a ti te gusta la vida
con sus contradicciones,
sus miradas torvas, sus delicias.
Vence al miedo. Disimula. Atemoriza al verdugo,
sepulta el temblor y sacude el llanto.
Saca el valor de tu cartera como un arma de defensa.
No te detengas, al final del pasadizo del miedo
hay una puerta.  Cuando cruces su umbral
encontrarás a alguien que te espera,
estarás a salvo entre sus brazos,
serás tu misma que emerges de
las sombras del peligro.
Eres tú misma, no hay nadie más.










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