Poetas El Salvador (1)

11 Festival Internacional de Poesía Amada Libertad

Nayda Acevedo Medrano

CANTOS DE LA ABUELA LUNA

La abuelita luna me contaba el cuento

de los viajes largos que hizo en su momento.

Me contó del bosque, lugar encantado,

donde había un árbol achocolatado;

del señor contento con sombrero ruso,

que a todos hablaba de un ratón intruso.

De una isla-estrella de colores raros

donde todo el mundo se daba las manos.

La abuelita luna cantaba tonadas

en idioma extraño, como el de las hadas.

Me besaba siempre los ojos chinitos,

la frente, las manos y los cachetitos.

Conversaba mucho con finos claveles,

les hacía ropa con cortapapeles.

Mi abuelita hermosa, cuéntame otro cuento:

te daré abrazos, dormiré contento.


Conoce más sobre Nayda en sus lecturas del Festival en la Pinacoteca Roque Dalton de la Universidad de El Salvador y la Universidad Tecnológica de El Salvador. 

Lee más poemas suyos aquí:

https://leyendoyescribiendoenmontreal.blogspot.com/2016/03/nayda-acevedo-medrano-autora-del-mes-de.html?m=1


Silva Elena Regalado

BREVE CONVERSACIÓN CON DIOS

Alguno que otro día
me amanece el deseo de invitarte un café,
de abrazarme a la certeza
con la que me nombraste para siempre.
Quiero escuchar como respira en vos el universo
y descubrirme en el milagro sin edad de tus pupilas.

Días en los que necesito darte gracias
por lo que me concediste infinito,
por la posibilidad de hacer y re-inventar
cada trozo de vida a mi propia semejanza o a la tuya,
Por la angustia y la fe en lo que anhelo,
por la alegría simple de los frutos.

Vos sabés que este amor mío renegó tanto de nombrarte.
Se ufanó de sí mismo,
evadiendo el diálogo cara a cara,
refugiándose en tu sustancia,
cumpliéndote en los principios
pero sin la humildad serena de aceptarte.

¿De qué he huido?
Si todo rumbo me devolvió tu aliento;
si toda libertad sin vos siempre fue cárcel.
Aquí estoy otra vez,
como emergiendo del útero materno:
confiándote mi vida,
abandonándome a tu ímpetu
despertando a tu amor
fundiéndome en tu nombre.


Conoce más de Silvia Elena Regalado en su lectura en la Universidad Tecnológica de El Salvador.

Lee más poemas de Silvia Elena Regalado aquí:

https://400elefantes.wordpress.com/2011/03/18/dos-poemas-de-silvia-elena-regalado/

https://www.poemas-del-alma.com/silvia-elena-regalado.htm


Alejandra Valle

Un día su madre dejó de contestar el teléfono. Al llegar a su casa recorrió toda la sala, la cocina y su cama. 

No apareció.

Lo único que vio fue el inicio de una creación a crochet. Tomó en sus manos el hilo. Sintió una extraña atracción. De pronto, el bollo se transformó en una red viscosa que la envolvió por completo y la aprisionó en su centro.  Convirtiéndose así en la última extensión de la creación de su madre.  Unida para siempre al esqueleto de lana.

A veces se le miraban los ojos, las pestañas como queriendo ver si, por suerte, alguien se asomaba.

De repente sintió un codo moviéndose contra sus costillas tratando se hacerse espacio. 

Era su madre.


Conoce más sobre Alejandra Valle en su lectura del FIPAL el viernes 15 de noviembre, 8:00 p. m. en Centro Cultural Leyla. Aquí su actividad artística:

Artes plásticas. Revista Cinco Sv

Bordalina


Ana María Rivas

Mother

«Oh madre oscura, hiéreme
con diez cuchillos en el corazón»
P. Neruda

I

Madre: ¿has escuchado tu voz los últimos años?
¿Sabes acaso que has perdido
tu nombre
tu edad
y tus sueños?
Te cambiaron los ojos por dardos
los dedos por gusanos
y los pies por estacas.

Te llamo madre porque no sé decirte de otro modo.
No puedo llamarte mujer ni anciana ni monstruo.

El café desborda en la cocina
y te has quedado dormida frente al tele.
Han pasado siglos y tus huesos siguen habitando la sala,
la tierra en la boca, el veneno en tus párpados.

Madre, ¿dónde guardaste las píldoras del insomnio?
En estos días necesito
coserme los ojos y esperar la muerte.

Conoce más de Ana María Rivas en su lectura en el Centro Cultural de España. Lee más poemas aquí:

Revista Cinco Sv

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/31/AnaMariaRivas/

https://literariedad.co/2019/08/11/ana-rivas/


Ruth López

Conoce más sobre Ruth López en su lectura del FIPAL el viernes 15 de noviembre, 8:00 p. m. en Centro Cultural Leyla


Lidia Rivera Ocampo


UNA HENDIDURA ENTRE LAS PIERNAS

Maldigo y bendigo la hora
En que nací
Con una hendidura entre las piernas
Vertedera de esencias
Y ríos de sangre
De vástagos
De sueños
De esperanza
Vertedora del mundo
Necia
Fértil
Intrigante y grácil
Aroma agridulce
A limón y canela
Jugosa inquieta
Maldigo y bendigo la hora
En que nací
Con una hendidura entre las piernas
Inicio y fin de toda historia
Fuente de dolor y de dicha
Calabozo y esperanza
Trinchera y aire
Pétalos abiertos
Pistilo erecto de ternura y placeres
Maldigo y bendigo la hora
En que nací
Con una hendidura entre las piernas.

Conoce más de Lidia en su lectura del festival en la Universidad Tecnológica de El Salvador.

Lee más poemas y actividades de Lidia Rivera Ocampo aquí:

https://revistacincosv.blogspot.com

https://www.mined.gob.sv/buenaspracticas/historia8.php


Alexandra Lytton Regalado


Five American Sentences

To prove to an unseen someone, a future self, that I am enough.

A loved one drowning, just out of hands’ reach; hover your hand above a flame.

That person is gone from this earth, what we could’ve evolved to is finished.

You are now in this world without his esteem, untethered, the string snapped.

I too, someday, will end, & this forgetting is a kind of freedom.


Estará en la lectura del Centro Cultural Cabezas de Jaguar. Conoce más de Alexandra en su página web y los otros enlaces:

Perfil en Hablemos, escritoras

https://www.alexandralyttonregalado.com/

Poets.org

Video. Dos poemas en The Markaz Review

Poetry Foundation

Revista Estrategia & Negocios



Patricia Trigueros


Oro rosa, de Patricia Trigueros 

(fragmento tomado de Alharaca)

1

¿Cuándo se va a acabar?


Existen elásticos que alcanzan rincones fuera de una unidad de tiempo y espacio, ¿por qué diablos no se me pasa? No hay fórmula exacta para olvidar a alguien, pero habían pasado meses ya desde la ruptura y Virginia aún tenía atascado algo en la garganta. No lograba tragarse la decepción, ni los planes caídos.

Virginia no sabía si algún día iba a dejar de sentirse así. Se lavó el rostro con agua fría y se miró en el espejo. Se habían agotado las energías que tenía guardadas para sufrir y admitió en voz alta cuánto sufría por gusto. Era lo único que hacía tolerables a los impases amorosos: la indulgencia de entregarse a los altos y bajos. Esta confesión se guardada en un cajón, junto a todo lo demás, pues ni hablar de mezclar la vida privada con la vida pública. Allá, afuera de ese espejo del cuarto de baño, enfadaba más la exposición que la censura. Todo mundo ignoraba las tempestades internas y medía el tiempo en artefactos rosas o dorados.

Virginia salió del baño con un rostro sereno, sedado por la fría agua del chorro, casi sonriente, muda, frágil. No dudó en aceptar una copa de champán para iniciar la celebración de Antonieta, su amiga que la invitó a ese círculo que se alimentaba de fotos ajenas y preguntas imprudentes, ven, ¿quieres más champán? Virginia aceptó otra copa, sacudió su enojo y escondió su curiosidad por saber cuántas roturas estarían siendo escondidas. En eventos así solo se notaban las suturas de oro rosa, los delicados hilos, entretejidos adrede.


Sigue leyendo Oro rosa aquí:

https://www.alharaca.sv/opinion/oro-rosa/


Estará en la lectura del Centro Cultural Cabezas de Jaguar. Conoce más de Paty Trigueros en su página web y los otros enlaces:

https://www.patytrigueros.com/

https://www.alharaca.sv/patricia-trigueros/

Poesía y cuentos en La Zebra



Damaris Salmerón

Septiembre de 2010


Me fui con la lluvia lenta y suave. 

Al cielo le dolían las gotas derramadas. 

Y lloraba poquito a poco con las nubes.

Así como se sueltan las lágrimas cuando no queremos que nadie nos escuche.


En el pecho, una ola agitada se estrellaba contra las rocas.


Caminaba para nunca volver.


Me descubrí bajo otro techo, 

en otra ciudad, 

en otra casa, 

en otra cama.


Jamás regresé. 


Y me he obligado a no decir "esto es mío" porque temo perder nuevamente. 


Y he conocido otros techos, 

otras ciudades, 

otras casas 

y otras camas;

pero ninguna es como la primera.


Conoce más de Damaris Salmerón en su lectura en la Universidad de El Salvador en San Miguel.


Roxana Flamenco Revolone


Mi hombre de Vitruvio

Cuatro dedos hacen una palma.
Cuatro palmas hacen un pie.
Seis palmas hacen un codo.
Cuatro codos hacen un paso.
Veinte y cuatro palmas hacen a un hombre.

Y yo me pregunto, Joaquín:
¿Qué pasaría si me acerco cuatro pasos?
¿Si con mis veinte y dos palmas rozo tu barbilla?

Y sigo leyendo a Da Vinci y dice:
Desde el codo a la punta de la mano será la quinta parte. 
Desde debajo de la rodilla al comienzo de los genitales será la cuarta parte. 

¡Ay!, me dije, 
¡Ya sé por qué en la cama no funcionamos, Joaquín!

Es un tema de nuestras proporciones matemáticas. 

Y así, me fui con mi escalímetro y compás en mano, susurrando centímetros, pasos palmas, codos y genitales


Conoce más de Roxana en su lectura en la sede de FundAbril, y en esto enlaces:

Semblanza Mapa IberCultura

Recital poético latinoamericano. Video.

https://lgbteca.medium.com/el-micoleon-pachuco-70d90c3a1f24

Memoria pandemia COVID

https://sansalvador2023.com/roxana-revolone-un-corazon-de-voluntaria/


#11FIPAL Poesía hasta el tope 



 

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