Hanzel Lacayo (Nicaragua)

2015: poeta invitado
Hanzel Lacayo (Nicaragua)



Managua, 1984. Escritor y fotógrafo. Ha publicado los poemarios "Discrepancias" (2000), "A Contenciones, conspiraciones..." (2006), "Días de ira" (2008), "Hasta el fin" (2011) y "El libro de las separaciones" (2014); los libros de microrrelato: "Maletas ligeras" (2012) y "A cherry on top" (2013); y un libro de fotografía: "Photography" (2014). 

Integró la revista "Tribal Literario". Galardones: "Primer Premio de Poesía en Homenaje a Rubén Darío" por "Número Imaginario"; primer lugar "Primer Concurso de Cuento: UCA Literaria" por "Tres Señales". 

En 2008 y 2014 fue nombrado "Escritor del Año" por la "Asociación de Artistas de Nicaragua: Rafael Gastón Pérez". Participó en el "Primer Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico, 2008" y "Quinto Encuentro Internacional de Poetas El Turno del Ofendido, El Salvador, 2008". Su poesía aparece publicada en importantes antologías, revistas, suplementos y compilaciones poéticas dentro y fuera de Nicaragua. 
http://hanzellacayo.com  y  http://issuu.com/hanzellacayo



FALIBLE

Es posible ser muchas cosas.
Es posible sostener dos caprichos.

Hoy te escuchan hablar sobre un paisaje.
(Y está bien, porque el paisaje se seca).

Pero cuando empieces
a hablar sobre las cosas permanentes,
no podrás extraerles la muela
y exclamar: ¡es la perla!




DIÁLOGO CON EL SEÑOR MUERTE

 Usted devoraba ostras en la costa.
Yo desvelaba la distancia en el puerto
desde mi ventana dorada
en mi casa de arena lacada, y lo vi:
Se acercó, iluminó mi puerta, y abrí.

—¿Quién llama?
—Soy el Señor Muerte.
—No tengo tiempo para sus flores secas.
—No he venido a discutir ninguno
    de mis pistilos.
—¿Vendría en otro monumento?
—No puedo ser más inadecuado que esto.
—¿Podría esperarme hasta el cansancio?
—He sido labrado para deshojar
    el tiempo que convenga.
—¿Cuáles son sus pretensiones?
—Significar todo para usted.
—¿Por qué su empeño?
—Mi pureza mortal es la más leal
    de las purezas.
—¡No ve que hace mucho calor!
—He traído unas escarchas para el receso.
—Si le dejo entrar, ¿me dejaría verlas?
—Desde ya puede tomarlas.
—No me las creo.
—Tiene que pasar por el otoño primero.
—No dispongo de mucho tiempo.
—Trae eternidad para probárselo.
—Veré qué pasa entonces.
—Déjeme pasar y lo verá.
—Adelante; comencemos.




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